En la última sesión practicamos la escucha. Cada equipo tenía seis palitos y teníamos que construir cuatro triángulos equiláteros, sin hablar y sin mirarnos. No fuimos capaces porque no nos podíamos organizar, ni comunicar. Luego, hicimos lo mismo hablando y un equipo encontró la solución.
A continuación nos paramos a pensar qué diferencias podía haber entre proyectos para que fuera especial.
Empezamos a construir. Nos organizamos y fue bien. Pero cuando algún miembro del equipo se movía íbamos más lentos. También cuando los directores no organizaban el proyecto iba más lento. Lo solucionamos poniendo orden a cada miembro, repartiendo tareas y continuando el trabajo.
En la siguiente sesión lo haremos mucho mejor.
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